SE NECESITAN MISIONEROS

Se necesitan hombres pacientes que sean capaces de soportar las más arduas disciplinas; amigos de la cultura, verdaderos aspirantes a la ciencia pura.

                  Queremos que nuestros misioneros tengan sentimiento de artista, que amen la Ciencia, la Filosofía y la Mística; que vibren deliciosamente con las columnas corintias de Grecia, la amante de la Belleza; que sientan en su corazón la mística de un Francisco de Asís, y que realmente anhelen la sabiduría de Egipto.

Queremos misioneros en los cuales resplandezca, realmente, la belleza del Espíritu y la fuerza del Amor.

Misioneros que así como sean científicos, también lo sean poetas; que puedan investigar el átomo y detenerse a meditar en el arroyo cantarín que se desliza entre su lecho de rocas.

Misioneros que sean capaces de meditar al pie de las ruinas de Atenas o de la antigua Roma; misioneros que sepan admirar el cincel de Praxíteles; misioneros que sepan amar verdaderamente a la humanidad entera; misioneros que vibren con la Lira de Orfeo, y que canten con Homero en la tierra deliciosa de los helenos... ¡Esa es la clase de misioneros que anhelamos!

Misioneros que puedan admirar el titilar de las estrellas; misioneros que estén enamorados de las noches puras; misioneros que tengan una novia adorable, y que esa novia se llame Urania. ¡Esa es la clase de misioneros que deseamos!

Misioneros que puedan vestirse con la túnica de la santidad; misioneros que quieran poner la alfombra a los pies del Gurú, para recibir sus sabios preceptos; misioneros que anhelen la Cristificación de fondo, y que de verdad sientan la belleza del Amor, cual la sentía el hermano Francisco en su corazón... ¡Misioneros así, son los que necesitamos!

¡Fuera de nosotros la ira, la codicia, la lujuria, la envidia, el orgullo, la pereza, la gula! ¡Fuera de nosotros la espina que hiere las carnes! ¡Fuera de nosotros la cizaña de la murmuración y de la calumnia! ¡Fuera de nosotros el veneno asqueante de la envidia! ¡Fuera de nosotros el monstruo de la lujuria!

Samael Aun Weor

Aunado al mensaje anterior del V.M Samael de las características que debe tener un misionero, debemos recordar que el instructor Gnóstico debe ser ejemplo de lo que profesa, y es necesario entrar en el camino de una disciplina esotérica que nos pueda llevar al despertar de la conciencia.

La gran labor que se a venido haciendo en la nueva didáctica de aplicación de la enseñanza, gracias a la venia de la gran Ley Divina, grandes cosas se gestan y por lo tanto se necesitan misioneros.

Misioneros comprometidos a servir al SER y la gran Logia Blanca, misioneros libres, tanto psicológica, física y espiritualmente, misioneros que sepan amar plenamente a su esposa sacerdotisa y que tengan la humildad suficiente para arrodillarse ante la gran madre cósmica, misioneros que estén dispuestos a morir día con día y momento tras momento en el camino, y el servicio a sus semejantes, misioneros cuya única bandera sea la unión de todos los hombres a través del amor que nos enseñara el cristo.

Misioneros comprensivos y respetuosos en su trabajo, y no fanáticos que solo llenen de dogmas y temores a sus hermanos, nuevos misioneros se requieren para devolver la grandeza a la enseñanza y así con esto participar en la reforestación de los corazones humanos.

Si tu llamado es a SER algo más, que simplemente sentarte a ver desde tu balcón el desfile del ejercito del cristo, mejor únete a él, y conviértete en un auténtico paladín que no se conforme a ver pasar los momentos de su transitoria existencia.

Para servir adecuadamente en la labor misional se debe tomar en cuenta que la mejor carta de presentación de la enseñanza, somos nosotros mismos, y que ya que tenemos la fortuna de tener esta, que es la enseñanza más maravillosa del mundo, debemos transmitirla y representarla con decoro y amor.

“ENTRE MÁS DAS MÁS RECIBIRAS, PERO EL QUE NADA DÁ, HASTA LO QUE NO TIENE LE SERÁ QUITADO”

EL INSTRUCTOR O MISIONERO GNÓSTICO DEBE TOMAR EN CUENTA:

1.-No olvidar su trabajo esotérico que le dará la fortaleza y sabiduría en la misión.

2.-Cuidar su forma de hablar y presentación personal.

3.-Tener una forma recta de ganarse la vida.

4.-Buscar un lugar o espacio digno donde impartir las enseñanzas gnósticas

5.-Trabajar con amor, voluntad y comprensión de una forma respetuosa

6.-Mantenerse en contacto con el secretario general y crear un vínculo de unión.

7.-Desarrollar la humildad, para seguirse preparando y auxiliar a sus hermanos.

Si tu sientes el llamado a servir a la humanidad, y convertirte en un discípulo del Cristo, puedes realizar el curso para misioneros Gnósticos.

 Para mayor información contáctanos.      icatac@hotmail.com